Poeta invitado: El Niño de la Puebla
Sírvanse sus mercedes
Leer a continuación
Estos preciosos versos
Que a seguido veredes
Y háganlo con ilusión
Porque les quiero conversos
En afamados rapsodas,
Que sin tonos adversos
Y demostrando pasión
Den a su hermosa lectura
Y no menor coyuntura
Una gran emoción (“El Niño de la Puebla”)
Del salón en el ángulo oscuro,
De su dueño tal vez olvidada,
Silenciosa cubierta de polvo
Veíase el arpa.
¡Cuanta nota dormía en sus cuerdas,
Como el pájaro duerme en las ramas
Esperando la mano de nieve
Que sabe arrancarla!
¡Ay, pensé! ¡cuántas veces el genio
Así duerme en el fondo del alma,
Y una vez, como Lázaro, espera
Que le diga: “¡Levántate y anda!”
(“Gustavo Adolfo Bécquer”)
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