En Semana Santa estamos Tiempos buenos para rezar Que además del cuerpo descansar Pensar en la Pasión debemos Es corriente que nos dediquemos A un lugar de ocio buscar Sin contar que también tenemos El fervor que procede encontrar Si es bueno y lo permite el tiempo Salen las enfervorizadas procesiones Y enarbolan todas sus pendones Disponiéndose a marchar al campo. Los costaleros muy sacrificados Ponen sus espaldas con abnegación A lo largo de toda la procesión De los pasos a la calle sacados Desde las balconadas enjaezadas Una y múltiples saetas salen Por aplausos del público animadas Y un clamor general valen No hay que despreciar la contribución Del inmenso público expectante Al realce de la gran procesión Que no es nada irrelevante El niño de la Puebla